La catedral de la Armuña |
PALENCIA DE NEGRILLA | |
Cercanos a La Vellés podemos visitar dos pueblos, uno a cada lado de la carretera. Parecen dos atalayas custodiando los campos armuñeses, con sus torres gemelas. Son Palencia de Negrilla y Negrilla de Palencia. Entramos en Palencia de Negrilla y por una calle reñida con las horizontales y las rectas, llegamos a una iglesia que, por su aspecto exterior nos parece insignificante, pero al acercarnos observamos que su puerta, con arco de medio punto, está deliciosamente adornada con labores de estilo gótico florido y plateresco. Una vez en el interior no podemos creer lo que ven nuestros ojos. Una amplia nave en la que dos arcos rebajados sostienen un artesonado morisco, adornado el arco toral con dos preciosos capiteles a diferente altura uno de otro. Las ventanas y la armadura morisca de lazo tienen florones tallados, pero lo que atrae invenciblemente la atención es el retablo, mejor dicho, los retablos, pues son tres, el del altar mayor y dos laterales a los lados de las bases del arco toral. No están suficientemente iluminados, pero por las tardes en días claros, los rayos del sol penetran por una ventana que hay sobre el coro y esa luz solar produce en el del altar mayor haciéndolo brillar, un fantástico efecto de belleza difícilmente superable. Tiene este retablo 8,85 metros de ancho y lo mismo que los dos laterales, está formado por columnillas de madera profusamente ornamentadas y doradas, que encuadran tablas pintadas, posiblemente por los pinceles del gran artista de Paredes de Nava, Alonso Berruguete, de cuyo maestro tenemos una espléndida obra en la capilla del Colegio de Fonseca, en nuestra capital. 28 tablas tiene el altar mayor y diez cada uno de los laterales representando todos ellos imágenes de santos y escenas litúrgicas y religiosas. El equilibrio y disposición en que están colocadas, junto con sus arcos y su artesonado, ofrecen a la vista un aspecto de inigualable belleza. Entre las columnillas pareadas se forman nichos en los que hay imágenes religiosas, algunas de apreciable valor, que parecen de la escuela de Berruguete, posiblemente de su propia ejecución o modeladas en sus talleres. La estructura, decorados y adornos se atribuyen al maestro Francisco de Colonia, contemporáneo de Rodrigo Gil de Hontañón, arquitecto salmantino de la Catedral Nueva, que fue quizás quien reformó la actual obra románica de la iglesia, pues los arcos que sostienen el artesonado y la puerta, son de su escuela. Francisco de Colonia, a quien traspasó la obra en 1542 la viuda de Martín Alonso, su iniciador, dejó admirables muestras de su arte en Burgos, Palencia y fachada de la Catedral Nueva de Salamanca y en esta preciosa obra de arte de la que nos estamos ocupando. Es una pena que se le hayan puesto añadidos en épocas posteriores, sobre todo un detonante Sagrario churrigueresco en el retablo central. Los laterales están cuajados de motivos «vegetales» barrocos e imágenes postizas de escaso interés. En la iglesia hay, además de los retablos, tallas de gran valor, sobre todo la del Cristo de la Piedad, crucifijo del siglo XIII, que aunque posterior al que se halla en la iglesia de Sancti-Spíritus, de Salamanca, parece de la misma escuela al tener muy marcada la anatomía ósea y anudado el sudario por delante. La Gaceta de Salamanca |
Fuera de la Capilla Mayor y colocados en ángulo, se sitúan dos retablos colaterales dedicados a Santa catalina y a Nuestra Señora. Estos retablos muestran muchos parecidos con el Mayor, si bien son de finales del siglo XVI y sus pinturas de peor calidad y llenas de incorrecciones, muestran ecos muy lejanos de Rafael. Estos retablos tienen también añadidos rococó de la misma mano y época que los del retablo mayor. En suma nos encontramos ante un retablo renacentista del siglo XVI, realizado con pinturas, relieves y tallas en bulto por un artista cercano a Berruguete y que ha sufrido alteraciones rococó en la segunda mitad del siglo XVIII. No obstante, quizá sus pinturas sean las más interesantes del siglo XVI salmantino. J. Remiro |
Documentación e Imágenes facilitadas por: José Antonio Villanueva del Pozo |